Se calcula que en 2021 se gastaron 6.500 millones de dólares en aplicaciones de entrenamiento cerebral. Además, al menos una institución de investigación proyecta que el mercado crecerá hasta superar los 44.000 millones de dólares en 2030. Pensándolo bien, estas cifras no deberían sorprender tanto. En las últimas décadas hemos aprendido mucho sobre neurociencia. Y sabemos que en cuanto nuestro cerebro alcanza la funcionalidad óptima, alrededor de los 30 años, todo va cuesta abajo. Si a esto añadimos que cada vez vivimos y trabajamos más tiempo, es fácil comprender por qué muchos de nosotros estamos encantados de invertir dinero y tiempo en juegos y aplicaciones de entrenamiento cerebral que prometen mantenernos más agudos durante más tiempo.  

Cualquier profesional de la medicina le dirá que lo mejor para el cerebro es lo mismo que lo mejor para el cuerpo: una dieta sana, sueño de calidad y ejercicio regular. Puesto que una revisión del estilo de vida es una tarea ingente, puedes aferrarte a la esperanza de que hay una forma más fácil de mantener tu cerebro activo y fuerte.  

Así nació una industria multimillonaria que sigue creciendo a una velocidad vertiginosa. El problema es que hay muy pocas investigaciones que demuestren que los programas de entrenamiento cerebral hacen mucho más que hacernos mejores jugando a los juegos utilizados para el entrenamiento.  

Pero aquí está la gran noticia:  

Hay formas de fortalecer nuestro cerebro que son más fáciles que un cambio radical de estilo de vida, no cuestan nada y son divertidas. Tiene que ver con dos conceptos, la neuroplasticidad y la reserva cognitiva.  

La neuroplasticidad positiva se refiere a la capacidad del cerebro para seguir creciendo y evolucionando en respuesta a nuestro comportamiento y experiencias vitales. La funcionalidad adicional que su cerebro desarrolla en respuesta a nuevas experiencias se denomina reserva cognitiva. La neuroplasticidad negativa es lo contrario: la capacidad del cerebro para debilitarse o atrofiarse en ausencia de nuevas aportaciones. Cuando experimentamos una neuroplasticidad negativa, perdemos parte de nuestra reserva cognitiva.  

La reserva cognitiva es lo que mantiene nuestra mente ágil y flexible, tengamos la edad que tengamos. De hecho, un estudio reciente demostró que muchos pacientes de Alzheimer con una elevada reserva cognitiva mostraban muy pocos síntomas cognitivos de la enfermedad, a pesar de que sus cerebros mostraban que se encontraban en fases avanzadas de Alzheimer cuando murieron. ¡Es extraordinario! Puede que no tengamos cura para la enfermedad de Alzheimer, pero gracias a la neuroplasticidad, podemos mitigar los síntomas de la demencia y el Alzheimer aumentando nuestra reserva cognitiva.  

Cada día es una oportunidad para aumentar su reserva cognitiva, e incluso puede divertirse en el proceso.  

He aquí algunas de las mejores formas de aumentar su reserva cognitiva:  

Prueba algo nuevo.  

Una buena forma de aumentar tu reserva cognitiva es salir continuamente de tu zona de confort y probar cosas nuevas. Se ha demostrado que aprender una nueva habilidad es especialmente útil, como aprender un nuevo idioma o instrumento musical. O puedes ponerte creativo y probar una clase de cerámica o pintura, o una clase de cocina. Cada vez que aprendes o haces algo nuevo, forjas una nueva vía neuronal en tu cerebro, lo que aumenta tu reserva cognitiva. Empieza poco a poco. Vuelve a casa por otro camino. Varíe su rutina de desayuno. Camine por los pasillos del supermercado en un orden diferente. Cada nueva aportación aumenta la reserva cognitiva. 

Mejora tu juego actual.  

Lleve su actividad favorita al siguiente nivel aumentando el grado de dificultad. Para desafiarte intelectualmente, elige crucigramas cada vez más difíciles o busca oportunidades para leer o hablar un idioma que estés aprendiendo. Si cocinas para tu familia todas las noches, prueba recetas completamente diferentes. Todo funciona.  

Viajar  

Visitar un lugar nuevo brinda múltiples oportunidades de relacionarse con gente nueva, adquirir nuevas experiencias y visitar sitios que nunca ha visto antes. La exposición a nuevas imágenes, sonidos e incluso olores favorece nuevas conexiones en el cerebro. Viajar al extranjero es especialmente beneficioso, porque tienes los retos añadidos de comunicarte en otro idioma y abrirte camino en una cultura diferente.  

Entretenerse  

Las actividades culturales son enriquecedoras e intelectualmente estimulantes, sobre todo cuando se incorpora el aprendizaje a la experiencia. Por ejemplo, mientras pasea por un museo, lea las descripciones que aparecen junto a cada cuadro para conocer al artista, el medio y el estilo. Realice una visita guiada por un experimentado guía del museo o participe en una sesión de preguntas y respuestas con un artista. Sáltate Los Vengadores y vete a ver una intrigante película extranjera de la que hayas oído hablar. Si no puede asistir en persona a este tipo de actos, véalos en YouTube o en un servicio de streaming. Hoy en día, la cultura está en todas partes.  

Escuchar música 

Independientemente de sus preferencias musicales, escuchar música levanta el ánimo y estimula la mente. Ciertas canciones te transportan a cuando las escuchaste por primera vez. Incluso se ha demostrado que la música puede llegar a zonas del cerebro dañadas por la demencia. Escuchar música nueva y aprender a tocar un instrumento musical son dos formas de desafiar a la mente a través de la música. Cantar puede ser la forma más sencilla de empezar, y los coros ofrecen la oportunidad de combinar la música con la interacción social. Bailar o moverse al ritmo de la música combina los beneficios de la música y el ejercicio físico, además de ser una forma divertida de socializar. Pero el simple hecho de escuchar una canción que nunca has oído antes, aumenta tu reserva cognitiva.  

Lo esencial 

En cuanto empieces a pensar en ello, podrás encontrar un sinfín de oportunidades para fortalecer tu cerebro, todos los días. No es necesaria ninguna aplicación. También puedes plantearte adoptar algunos nuevos hábitos saludables para asegurarte de tener un cuerpo sano que esté a la altura de ese gran cerebro que estás construyendo.