En una ola de calor, el agua puede no ser la mejor forma de rehidratarse

Se han planteado y respondido muchas preguntas sobre la hidratación. ¿Cuánto líquido necesitamos al día? Depende de la persona y del nivel de actividad, pero en general son 2,7 litros para las mujeres y 3,7 litros para los hombres. ¿Cuentan los líquidos de los alimentos para nuestra ingesta diaria necesaria? ¡Sí! ¿Cuentan las bebidas con cafeína? Sí, a menos que estén hipercafeinados. ¿Cuentan las bebidas alcohólicas? Sólo la cerveza lo hace, porque la mayoría de las demás bebidas alcohólicas no tienen suficiente volumen de líquido para contrarrestar los efectos deshidratantes del alcohol. A pesar de todo lo que se dice, resulta que en general somos capaces de mantener un estado de euhidratación (contenido óptimo de agua en nuestro cuerpo regulado por nuestro cerebro) sin mucho esfuerzo.

Pero admitámoslo, el índice de calor está subiendo. Este es el verano más caluroso jamás registrado. Muchos de nosotros trabajamos o nos ejercitamos al aire libre, sin acceso permanente a baños e hidratación. En estas situaciones, la forma de hidratarse es realmente importante. Y resulta que el agua puede no ser tu mejor opción.

Rápido y refrescante frente a lento y constante

Cuando consideramos la hidratación eficaz, tenemos que tener en cuenta cómo responde nuestro cuerpo a las bebidas. Cuando bebemos, la bebida pasa por el estómago y llega al tracto digestivo inferior. Una vez que el líquido se vacía del estómago, puede empezar a ser absorbido por nuestro torrente sanguíneo, donde diluye el líquido del cuerpo y nos hidrata. El agua (con o sin gas) es un hidratante muy eficaz, ya que atraviesa el estómago y llega directamente al torrente sanguíneo.

Pero cuando se enfrenta a un calor extremo, hidratarse de forma rápida y refrescante puede no ser lo más adecuado. Investigadores de la Facultad de Medicina de St. Andrews, en Escocia, compararon las respuestas de hidratación a varias bebidas diferentes y descubrieron que, cuando se trata de hidratación sostenida, la leche es mejor hidratante que el agua. Se descubrió que la leche es más hidratante porque contiene lactosa (un azúcar), algo de proteína y algo de grasa, todo lo cual ayuda a ralentizar el vaciado de líquido del estómago y nos mantiene hidratados durante más tiempo.

Este estudio investigó los efectos de 13 bebidas diferentes de consumo habitual sobre el equilibrio de líquidos y la diuresis y dio con un “índice de hidratación por bebidas”, estableciendo un índice de hidratación por bebidas (IHB). Cada bebida se comparó con el “estándar de hidratación”, que era agua sin gas.

¿Cómo quedaron las bebidas comunes?

Resultó que el agua con gas, los refrescos de cola, los refrescos de cola light, el zumo de naranja, el té caliente, el té helado, el café, la cerveza y una bebida deportiva se eliminaban del organismo y tenían un índice de hidratación muy similar al del agua sin gas. Las bebidas que mantuvieron la hidratación mejor que el agua fueron la leche entera, la leche desnatada y la solución de rehidratación oral (SRO). Las soluciones de rehidratación oral son agua mezclada con sal, azúcar y electrolitos. Las sales de hidratación oral están disponibles en pequeños paquetes que pueden mezclarse con agua. En este estudio, la leche entera presentó el mejor índice de hidratación, seguida de la leche desnatada y las SRO.

Estos resultados son especialmente convincentes porque las bebidas deportivas suelen considerarse el patrón oro cuando se trata de una rehidratación potente. Pero pueden no tener los beneficios a largo plazo de la leche o de las soluciones de hidratación oral.

El resultado final:

Tener agua a mano suele ser una forma eficaz de mantenerse hidratado a lo largo del día. Pero en caso de calor extremo, o en momentos en los que necesite una hidratación más prolongada, puede obtener más beneficios de la leche. Otra excelente idea es llevar sobres de rehidratación oral, que puedes mezclar con agua si empiezas a sentirte muy deshidratado.